Solemnidad de Santa Teresita del Niño Jesús
Semana XXVI del Tiempo Ordinario
01 de Octubre de 2023
Del Profeta Isaías. Is 66, 10 –14c.
Festejen a Jerusalén, gocen con ella, todos los que la aman, alégrense de su alegría, los que por ella llevaron luto; mamarán a sus pechos y se saciaran de sus consuelos, y apuraran las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz; como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones y sobre las rodillas las acariciarán.
Llevarán en brazos a sus criaturas así les consolaré yo; como a un niño a quien su madre consuela, así les consolaré yo; Al verlo se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos.
V. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial 102
R/ Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente elSeñor ternura por sus fieles.
V/. Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.R/.
V/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en
clemencia; no está siempre acusando, ni guarda rencor
perpetuo. R/.
V/. La misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos
a nietos; para los que guardan la alianza y recitan y cumplen sus mandatos. R/.
De la Primera Carta del Apóstol San Juan. 1Jn. 4, 7-16
Queridos hermanos: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como en propiciación por nuestros pecados.
Queridos hermanos: Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a, otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
V. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
Del Santo Evangelio segúna San Mateo. Mt. 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se la has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo les aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraran su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. Palabra del Señor.
V. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
«El Caminito»
El camino que Santa Teresita nos enseña es un camino de santidad, por eso mismo es un camino al que todos podemos acceder:
“María, tú lo sabes,
No obstante ser pequeña, poseo y tengo en mi
Al todo poderoso”
“el estrecho camino que va al cielo
Con el constante empleo de virtudes humildes,
imitándote Permanecer pequeña es mi deseo”
Evangelio
La otra parte es el estar enamorados de Dios y eso es lo que buscamos cada uno en nuestro caminar, la experiencia de Teresita con la Palabra de Dios, no como una experta de la escritura, sino como una buscadora inagotable del amor de Dios, encuentra allí lo que calma sus ansias de esa vida divina, en la que ella “Teresita”, se ahoga; pues para ella es un mar profundo que calma su sed de amor:
“en medio de mi impotencia, La Sagrada Escritura y la imitación de Cristo vienen en mi ayuda. En ellas encuentro un alimento sólido y completamente puro. Pero lo que me sustenta en la oración, por encima de todo es el Evangelio. En el encuentro todo lo que mi pobre alma todo lo que necesita mi pobre alma, en el descubro de continuo nuevas luces y sentidos ocultos y misteriosos”.
Dos referentes de la Palabra del Señor nos presentan la Liturgia en esta Solemnidad de Santa Teresita, el primero es Mt 11, 25 – 30; Mt.18, 1-4
Jesús exclamó: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien” y también “si no volvéis a ser como niños, no entrareis en el Reino de los cielos”. Estos textos hablan de la gratitud, pero ésta solo por el don de ser pequeño, pues Jesús habla de la pequeñez porque esa es su vocación, no solamente se encarnó sino que su vida es al estilo del padre mismo.
Los Pobres
Se hace pequeño en el seno de la virgen María, solo un alma pequeña podría engendrar la grandeza del Padre, y esto ocurrió en el seno de la María, refiriéndome a ella ,leía una vez en un mural que rezaba “oh Templo en el Dios se hizo humanidad”; el pesebre es la bondad del Padre que en medio de la pequeñez humana sigue desafiando la soberbia reinante de los corazones de muchos; los pobres son los pequeños, los que escuchan su palabra, los testigos de su amor en medio de la escaecés de recursos, de los que aman a los demás sin condición alguna; y de quien acompañe a los otros, enriqueciéndolos con su presencia; los pastores son los habitantes no de la calle sino del universo, son los que pueden ver las estrellas y los ángeles, porque su corazón es pequeño y alcanza a penetrar el corazón divino y así ver lo ancho, lo alto y lo profundo del amor de Dios que solo cabe en el corazón humano despojado de todo interés; de allí que Teresita sea un testimonio de la esperanza, pues su verdadero camino lo ratifica cuando ve la enfermedad como el salto más grande a los brazos del Padre, no es el dolor, es lo que se logra a través de él, ser toda de Dios.
Fr. William Bustamante de San José, OCD.